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Adiós Nelson Schwenke
Nos sumamos a la despedida de este gran canta autor y amigo. Su cálida música y demoledora poesía quedará en nuestros recuerdos por mucho tiempo.
Siento muy de cerca la partida de Nelson, porque era amigo de mi padre, mi familia y mi vecino. La noticia nos sorprendió a todos y fue como un balde de agua fría. Dicen por ahí, que el mejor homenaje que podemos hacer a los que ya partieron, es seguir viviendo. Creo que ya no será lo mismo ir a su ferretería en La Calera y no encontrarlo por ahí atendiendo o conversando con algún amigo.
LA CALERA / SANTIAGO.- Mediante un comunicado, la familia de Nelson Schwenke Porflit agradeció “a todas las personas que nos han demostrado su afecto y preocupación”, tras el fallecimiento del destacado músico calerano, quien integrara el legendario dúo del Canto Nuevo chileno, Schwenke y Nilo.
De acuerdo a la información difundida por la familia, Nelson Schwenke será trasladado al mediodía de hoy hasta el Centro de Danza Espiral, ubicado en Huérfanos 2120, Plaza Brasil de Santiago Centro, donde será velado y homenajeado por diversos artistas nacionales -entre ellos, Inti Illimani, Illapu y Sol y Lluvia- en una actividad que se extenderá toda la tarde y donde se espera que sus seguidores se despidan masivamente del artista.
Durante la noche, el líder de Schwenke y Nilo será trasladado hasta la Parroquia San José, ubicada frente a la Plaza Cemento Melón de La Calera, ciudad donde residía y tenía una ferretería. Allí continuará su velatorio durante la mañana del lunes y cerca del mediodía se realizará una misa por su descanso. Finalmente, su cuerpo será trasladado hasta el Cementerio Parque del Mar en Concón, para su sepultación alrededor de las 15 horas.
Nelson Schwenke nació en Ancud en 1957 y mientras estudiaba Antropología en la Universidad Austral de Valdivia, fundó el dúo junto a Marcelo Nilo, en ese entonces, alumno de Pedagogía en Música de esa casa de estudios. Schwenke y Nilo se convirtió en una de las agrupaciones musicales ícono del Canto Nuevo nacional, con letras llenas de poesía -escritas mayoritariamente por Nelson- y cargadas de un profundo contenido social.
Sus canciones “El Viaje”, “Lluvias del sur”, “Mi Canto” y “Con Datos de la Unicef” están entre los clásicos de la trova nacional. Schwenke y Nilo eran considerados “la voz de los sin voz” durante la dictadura militar. Alcanzaron a editar ocho discos, todos titulados con el nombre del dúo, acompañado del número de álbum. Además, participaron en al menos diez antologías, compilados o discos de homenaje.
Hace algunos años, Nelson Schwenke se trasladó a La Calera, donde abrió una ferretería, actividad que no impidió que continuará con su extensa trayectoria musical. El dúo actualmente estaba embarcado -junto a otras legendarias bandas nacionales- en el proyecto Cancionero Chileno, que los tuvo tocando el 16 de febrero pasado en el Bicentenario “Lucio Fariña” y el próximo 28 de junio se presentarían en el Movistar Arena, a beneficio de la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos.
Sin embargo, la carrera musical de Nelson Schwenke se vio abruptamente truncada cuando, alrededor de las 18:30 horas de este jueves, fue atropellado mientras cruzaba en la esquina de Bilbao y Ricardo Lyon, en Providencia. Fue trasladado al Hospital Salvador y pese a los esfuerzos médicos, no logró recuperarse de sus graves lesiones y la mañana del viernes fue declarado con muerte cerebral. Esa misma tarde fue desconectado de los equipos que mantenían su organismo, por decisión de la familia, para donar sus órganos.
Gentileza Prensa Opal
Galería
Por Fernando Lavoz
Ya no será lo mismo volver a Valdivia (es que “me aprieta la camisa”)
Por Vólker Gutiérrez Periodista y profesor. Presidente de la organización Cultura Mapocho.http://www.culturamapocho.cl
Unas semanas atrás, caminando bajo la llovizna por la costanera de Valdivia y su mercado fluvial, expresaba mi gozo de vivir de nuevo esa experiencia, lúdica, de estar en una de las ciudades más bellas de Chile. Unos desafiantes lobos marinos, recostados en el pavimento, fuera del río, me obligaron a torcer la ruta.
Muchos años atrás, una tarde distendida de cigarros, calle y vereda, a la salida de la jornada colegial, el único compañero de curso que algo tocaba la guitarra nos cantó una canción que, en broma, nos señaló que era de su autoría. Los presentes nos contentamos y le celebramos el tema, por la agradable melodía y una letra en la que reconocimos pellejerías y paisajes urbanos cotidianos. Tiempo después supimos que el verdadero creador de la canción, bajo la metáfora de un viaje, era un dúo valdiviano.
Antes de partir a mi última visita a Valdivia, hace menos de un mes y por razones laborales, conté a mis amigos en facebook que haría tal. Titulé el breve párrafo con “Lluvias del sur”, y agregué un link al tema de Schwenke y Nilo que se pasea por la geografía física, urbana y humana de la región de Los Ríos como ya lo quisiera enseñar cualquier profesor. Porque Angachilla, el Calle-Calle, Collico y la calle Picarte son como están descritas en la canción.
A fines de octubre del año pasado, en un local de Peñalolén, tuve la última oportunidad de escuchar en vivo al dúo que ya no residía, estudiaba o creaba en Valdivia. Por supuesto que ya no eran iguales a cuando, tantas veces en la década de los ochenta o noventa, pude apreciarlos en diversas jornadas, en distintos escenarios, con la misma línea de su serena propuesta musical y su desgarradora poesía. Más todavía: el propio Nelson hizo una broma acerca de los problemas, de salud y familiares, de quienes ya superaron los cincuenta años de edad.
Este viernes 22 de junio, desde anoche en realidad, a contrapelo de lo que se señala en su canción más emblemática, Schwenke y Nilo hacen noticia. Y reconozco que me sobrecoge, lágrimas incluidas, a esta hora de la tarde de un día triste, el inicio del cotidiano programa radial de Julio César Rodríguez, que se suma a la pena y al homenaje a Nelson. Me duele esta “moda Cerati”. Y les pido disculpas por lo demasiado personal del texto escrito; pero creo que también son compartidas por miles de chilenos, especialmente por los amigos y compañeros de mi ochentera generación, por los que aman la música, por todos quienes se conmueven con las “cifras de la Unicef”.
Lo siento, querido Nelson. No tengo tu fuerza para describir con letras el dolor. Ni menos tu capacidad musical para embellecer las palabras. Es más: apenas alcanzo a contarte que en Santiago, cuando es ya invierno pero no llueve, “mi cigarrillo solo se ha consumido, sin poderlo fumar…”.
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