Dic
19
La empresa Energías de Portugal junto con la norteamericana Principle Power está construyendo WindFloat, la primera turbina eólica flotante del mundo. Este tipo de dispositivo permitirá aprovechar los vientos marinos en aquellos sitios en que son de mejor calidad, sin necesidad de gastar verdaderas fortunas fijándolas al fondo del mar. Las turbinas de este tipo podrán ser ensambladas en tierra y luego remolcadas a su sitio de trabajo, desde donde enviarán la energía nuevamente a la costa mediante un cable submarino. En caso de fallos podrán ser devueltas a la costa para su reparación.
Esta novedosa manera de generar energía eléctrica, casi siempre a partir de las radiaciones solares o de la fuerza del viento, tienen la ventaja de no contaminar el planeta, a la vez que resultan inagotables. La humanidad ha emprendido el camino hacia un mundo en el que toda la energía que se consuma provenga de estas fuentes, y a pesar de que seguramente será un proceso lento y complejo, hay varios proyectos en marcha que nos permiten soñar con ese futuro. En el caso de las turbinas eólicas, la mayor parte de ellas se encuentran emplazadas en terrenos donde los vientos son fuertes y prácticamente constantes, de forma que su rendimiento sea máximo. Sin embargo, esos sitios suelen estar muy poblados o dedicados a la agricultura, y a pesar de que en principio no deberían interferir con esa actividad, suelen ser criticadas por “afear” el paisaje.
Una excelente alternativa consiste en instalar las turbinas eólicas en el mar. Los océanos que cubren la mayor parte de la superficie de nuestro planeta, extensas áreas en la que los vientos son tan o más propicios que sobre tierra, sitios en los que una granja eólica permitiría aprovechar ese valioso recurso. Lamentablemente, en muchas oportunidades la gran profundidad a la que se encuentra el lecho marino dificulta enormemente la fijación de las bases de estas turbinas, encareciendo tanto el proyecto que impide su concreción. Una alternativa lógica sería la implementación de turbinas flotantes, ya que por su naturaleza podrían operar en cualquier sitio, sin importar la profundidad del agua. Y justamente eso es WindFloat. La primera turbina eólica flotante del mundo, que será instalada a unos 350 kilómetros de la costa portuguesa, la cual podrá generar unos 2 MW de energía, y permitirá aprovechar los vientos que azotan la superficies de los mares.
Una turbina eólica flotante puede ser construida en tierra y luego remolcada a su lugar de trabajo, abaratando de una manera significativa los costos. La ausencia de una plataforma fija también ayuda en ese sentido, y brinda la posibilidad de -en caso de fallos- volver a arrastrar la turbina a la costa para repararla con toda comodidad. No han trascendido lo que costará esta turbina flotante. Pero estamos seguros que si se ha decidido su construcción, la energía que aportará sera más valiosa que la turbina misma, por lo que es muy posible que esta sea la primera de muchas más.
Vía: NeoTeo.com